El lactato sérico es una molécula de señalización que juega un papel importante en varios procesos fisiológicos, incluido el metabolismo muscular, la función cerebral y la producción de energía.
El lactato, también conocido como ácido láctico, es un subproducto del metabolismo anaeróbico, que ocurre cuando el cuerpo no recibe suficiente oxígeno para impulsar la producción de energía a través del metabolismo aeróbico. El lactato se produce en los músculos y se transporta a otros órganos, como el hígado y el cerebro, donde se utiliza como fuente de energía.
Antes de continuar… discutiremos algunas de las muchas formas complejas en que el lactato interactúa con nuestros cuerpos. Esto es con respecto a los aumentos transitorios de lactato asociados con el ejercicio. Si no es metabólicamente saludable e inactivo, es posible que tenga un nivel de lactato crónicamente elevado. Esto puede producir adaptaciones poco saludables. En este caso, el ejercicio reducirá los niveles de lactato basal.
En el músculo, el lactato se produce durante la actividad física intensa, como el entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) o el levantamiento de pesas. Durante estas actividades, los músculos trabajan a alta intensidad y la demanda de oxígeno excede el suministro de oxígeno. Como resultado, los músculos cambian al metabolismo anaeróbico y comienzan a producir lactato. Luego, el lactato puede transportarse al hígado, donde se vuelve a convertir en glucosa y se usa como fuente de energía para los músculos y otros órganos. Este proceso se conoce como el ciclo de Cori.
El lactato también juega un papel en el cerebro. Es una fuente de energía para el cerebro y se ha demostrado que mejora la función cognitiva y reduce la fatiga durante el ejercicio prolongado. Los estudios han demostrado que las infusiones de lactato pueden mejorar la memoria y la función cognitiva en personas con deterioro cognitivo. Además, se ha descubierto que el lactato aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que mejora la oxigenación y la función cerebral.
El lactato también juega un papel en la regulación de la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa. Se ha descubierto que aumenta la sensibilidad a la insulina en las células musculares y grasas, lo que mejora la absorción y el metabolismo de la glucosa. Esto es importante para las personas con diabetes, ya que puede ayudar a mejorar el control del azúcar en la sangre.
Además de su papel en el metabolismo muscular, la función cerebral y el metabolismo de la glucosa, se ha descubierto que el lactato tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Los estudios han demostrado que el lactato puede reducir la inflamación y mejorar la defensa antioxidante en los tejidos, como el músculo esquelético. Esto puede ser beneficioso para las personas con inflamación crónica o condiciones relacionadas con el estrés oxidativo, como la obesidad o la diabetes tipo 2.
En los últimos años, la investigación ha revelado que el lactato también juega un papel en el crecimiento del cáncer, el metabolismo del cáncer y la metástasis. Se ha demostrado que las células cancerosas producen y consumen lactato en grandes cantidades, un fenómeno conocido como efecto Warburg. Las células cancerosas dependen en gran medida del metabolismo anaeróbico y de la producción de lactato para impulsar su crecimiento y proliferación. Esto se debe a que las células cancerosas tienen mitocondrias que funcionan mal, que es el generador de energía de la célula, lo que hace que las células cancerosas dependan del metabolismo anaeróbico para obtener energía.
Además de impulsar el crecimiento de las células cancerosas, también se ha descubierto que el lactato desempeña un papel en la metástasis del cáncer. Los estudios han demostrado que las células cancerosas pueden manipular los niveles de lactato en su entorno para crear un microambiente favorable para la formación y propagación de metástasis. Se ha descubierto que el lactato promueve la formación de nuevos vasos sanguíneos, un proceso conocido como angiogénesis, que es esencial para el crecimiento y la propagación de las células cancerosas.
Además, se ha demostrado que el lactato contribuye al desarrollo de resistencia a los tratamientos contra el cáncer. Se ha descubierto que las células cancerosas que producen altos niveles de lactato son más resistentes a la quimioterapia y la radioterapia. Esto se debe a que el lactato puede proteger a las células cancerosas de los efectos tóxicos de estos tratamientos.
El lactato es fundamental en el crecimiento, el metabolismo y la metástasis del cáncer. La capacidad de las células cancerosas para producir y consumir grandes cantidades de lactato y la manipulación de los niveles de lactato en el microambiente contribuyen al comportamiento maligno de las células cancerosas. Por lo tanto, centrarse en el metabolismo del lactato en las células cancerosas puede representar una estrategia prometedora para el tratamiento del cáncer.
En conclusión, el lactato es una molécula de señalización que juega un papel importante en varios procesos fisiológicos. Su producción en el músculo durante la actividad física intensa y su uso como fuente de energía para el hígado, el corazón y el cerebro, así como su capacidad para mejorar la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa, reducir la inflamación y mejorar la defensa antioxidante, la convierten en una molécula eso vale la pena estudiarlo más.