Cuándo usar hielo versus calor para el dolor

Dependiendo del tipo de dolor que tenga, uno puede ser mejor que el otro.

Caliente vs frío para el dolor: ¿cuál es la diferencia?
Si bien ambas temperaturas pueden aliviar el dolor, lo hacen de diferentes maneras. El calor aumenta el flujo sanguíneo, los nutrientes y el oxígeno en el área afectada y, por lo tanto, funciona para relajar los músculos tensos. El frío alivia el dolor al reducir la inflamación, los espasmos musculares y la circulación. Si bien reducir la circulación suena mal, en realidad es algo bueno porque una menor circulación significa que los vasos sanguíneos se contraen, lo que reduce la hinchazón y el sangrado.

Exploremos los diferentes tipos de dolor y cómo responde cada uno cuando se introduce calor o frío:

Dolor articular/dolor inflamatorio

Típicamente causado por condiciones como la artritis y algunas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el dolor articular/dolor inflamatorio puede sentirse como rigidez en las articulaciones o una sensación de “ardor” en todo el cuerpo o similar a cómo se siente cuando tiene gripe (fatiga , agotamiento, escalofríos, etc.). Los desencadenantes de este tipo de dolor pueden incluir actividad física intensa, estrés e incluso el clima. Cuándo usar calor o frío para tratar el dolor en las articulaciones depende de la causa del dolor y de lo que funcione mejor para usted. Por ejemplo, la gota responde bien al calor porque alivia la rigidez y relaja los músculos del área circundante. La osteoartritis, por otro lado, se lleva bien con el frío porque adormece el dolor. Una vez que sepa la causa subyacente de su dolor en las articulaciones, como una condición de artritis, puede hablar con su médico acerca de agregar calor o hielo a su plan de tratamiento y/o controlar los brotes.

Dolor muscular

El dolor muscular puede afectar una o más secciones del cuerpo a la vez y puede ser causado por una lesión o por un uso excesivo. Por ejemplo, con el dolor de espalda, es posible que te duela porque ejercitaste demasiado los músculos de la espalda en el gimnasio o porque te tensaste (o “tiraste”) un músculo al desgarrar las fibras del músculo esquelético. En su mayor parte, si el dolor muscular es temporal (o agudo), puede tratarse con compresas frías durante no más de 15 minutos varias veces al día y descansar para permitir que los tejidos se curen. Al mismo tiempo, si el dolor es crónico (dura más de 6 meses), el calor es la mejor opción; incluso se puede alternar con frío si se desea.

Neuralgia

El dolor nervioso puede ser causado por muchos tipos diferentes de condiciones y varía en cómo se siente. Por ejemplo, un paciente con ciática (una condición en la que el dolor es causado por la compresión del nervio espinal en la parte inferior de la espalda) puede describirse como un dolor “irradiante”; otras veces, el dolor de los nervios puede sentirse como entumecimiento u hormigueo. El dolor causado por afecciones como la ciática responde bien a los tratamientos con hielo o frío porque esa temperatura tiende a calmar la inflamación y adormecer cualquier dolor en el tejido. Lo mejor es usar frío cuando el dolor todavía es agudo y pasar al calor una vez que la agudeza haya disminuido. El calor aumentará el flujo de sangre y ayudará a que los tejidos sanen más rápido.

Los remedios caseros como las almohadillas térmicas, los paquetes de gel para microondas, un ziplock lleno de hielo o un paquete congelador comprado en la tienda y otras compresas pueden ser útiles para aliviar el dolor crónico frecuente. Aplicar durante no más de 15 minutos a la vez, de dos a cuatro veces al día. Al mismo tiempo, es importante conocer los límites de tu cuerpo. Independientemente del tipo de dolor que experimente, si llega a un punto en el que el dolor es intolerable o si se convierte en entumecimiento o debilidad, consulte a su médico de inmediato.