La obesidad es un importante problema de salud pública, ya que se ha relacionado con una amplia gama de resultados negativos para la salud, incluidas las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes. En los últimos años, la investigación también ha sugerido que la obesidad puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo, particularmente en los adultos mayores.
El deterioro cognitivo es una parte normal del proceso de envejecimiento y se caracteriza por una disminución de las capacidades cognitivas, como la memoria, la atención y la toma de decisiones. Si bien es de esperar cierto nivel de deterioro cognitivo a medida que envejecemos, las investigaciones han demostrado que la obesidad puede acelerar la velocidad a la que disminuyen estas habilidades.
Un estudio reciente en JAMA también mostró que una tasa significativamente mayor de deterioro cognitivo está asociada solo con la ingesta de alimentos ultraprocesados.
Un estudio, publicado en la revista Neurology, siguió a un grupo de 6401 adultos mayores de 60 años durante un promedio de seis años. El estudio encontró que aquellos que eran obesos tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar deterioro cognitivo en comparación con aquellos que no eran obesos. De hecho, el estudio encontró que el riesgo de deterioro cognitivo era casi tres veces mayor en las personas obesas.
Otro estudio, publicado en la revista Obesity, analizó la relación entre la obesidad y el deterioro cognitivo en un grupo de 1258 adultos mayores. El estudio encontró que aquellos que eran obesos tenían un riesgo significativamente mayor de deterioro cognitivo, en comparación con aquellos que no eran obesos. El estudio también encontró que el riesgo de deterioro cognitivo aumentaba a medida que aumentaba el grado de obesidad.
Entonces, ¿por qué la obesidad aumenta el riesgo de deterioro cognitivo? Una posible explicación es que la obesidad conduce a la inflamación en el cuerpo. La inflamación crónica se ha relacionado con una serie de resultados negativos para la salud, incluidas las enfermedades cardíacas y la diabetes. Se cree que esta inflamación crónica también puede tener un impacto en el cerebro, lo que lleva al deterioro cognitivo.
Otra posible explicación es que la obesidad conduce a un mayor riesgo de afecciones que pueden afectar la función cognitiva, como presión arterial alta, colesterol alto y diabetes. Estas condiciones pueden dañar los vasos sanguíneos del cerebro, lo que lleva a un deterioro cognitivo.
Además de aumentar el riesgo de deterioro cognitivo, la obesidad también puede tener un impacto negativo en la función cognitiva de otras maneras. Por ejemplo, la obesidad se ha relacionado con una menor capacidad para procesar información, así como con una menor capacidad para aprender y recordar nueva información. Esto puede hacer que sea más difícil para las personas obesas aprender cosas nuevas y puede hacer que sea más difícil para ellos mantener sus capacidades cognitivas a medida que envejecen.
En general, la evidencia sugiere que la obesidad es un factor de riesgo significativo para el deterioro cognitivo en los adultos mayores. Si bien los mecanismos exactos por los cuales la obesidad conduce al deterioro cognitivo aún no se comprenden completamente, está claro que mantener un peso saludable es una parte importante de mantener la salud cognitiva.
Para reducir el riesgo de deterioro cognitivo, es importante tratar de mantener un peso saludable a través de una combinación de ejercicio regular, otras opciones de estilo de vida, medicamentos o cirugía. Se ha demostrado que el ejercicio regular mejora la función cognitiva, así como reduce el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes tipo 2.
En conclusión, la obesidad es un importante problema de salud pública que se ha relacionado con una variedad de resultados negativos para la salud, incluido el deterioro cognitivo. Al mantener un peso saludable a través del ejercicio regular y una dieta saludable, las personas pueden ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y mantener sus capacidades cognitivas a medida que envejecen.