Comúnmente, cuando las personas tienen dolor en el talón que no desaparece, puede ser un síntoma naturalmente preocupante. Este es especialmente el caso cuando los síntomas no desaparecen en unas pocas semanas. Algunos de nuestros pacientes prueban enfoques tradicionales para tratar la fascitis plantar y notan que no ayudan mucho, pero hay muchas opciones disponibles.
En muchos casos, el dolor de la fascitis plantar se puede resolver rápidamente con un simple ejercicio. La razón de esto tiene que ver con la forma en que cargamos los tejidos repetidamente en una dirección y, a menudo, cambiar esa carga puede tener un efecto positivo inmediato y duradero sobre el dolor.
Por qué los enfoques tradicionales no funcionan
El nombre de la condición fascitis plantar tiene el término ‘itis’. Esto nos hace creer, erróneamente, que la afección se debe a una inflamación de los tejidos del pie. La mayoría de las veces, esto no es así, sino que está relacionado con una sobrecarga mecánica de los tejidos. Un fisioterapeuta calificado puede identificar dónde está ocurriendo esta sobrecarga y trabajar con usted para corregir su biomecánica, carga y más.
La introducción paulatina de la actividad física debe hacerse de forma cuidadosa y metódica. A menudo, nuestro objetivo es corregir problemas con los músculos del pie, la alineación del talón, la fuerza de los músculos centrales y de la cadera, y otros factores.
Esta es la razón por la que los enfoques tradicionales como el descanso, el hielo, la compresión y la elevación tienden a proporcionar poco o ningún alivio. Entonces, ¿qué hace uno si está luchando contra la fascitis plantar?
¿Qué opciones hay disponibles?
Una vez que se identifica la fuente correcta del problema, se debe crear un plan de tratamiento personalizado para el individuo teniendo en cuenta los objetivos de la persona. Por lo general, hay un período de reposo relativo en el que se le da suficiente tiempo al tejido para recuperarse: se realizan movimientos y ejercicios que estimulan gradualmente el tejido afectado, y luego el tejido y las estructuras se vuelven a cargar gradualmente dentro de la tolerancia al dolor.
Las opciones de tratamiento varían desde terapia manual, ejercicios, técnicas de vendaje, férulas y aparatos ortopédicos. También podemos recomendar un cambio en su calzado o algunos movimientos diarios para ayudar a que su condición sane.
Un mito sobre la fascitis plantar es que una vez que la tienes, se convierte en una afección de por vida. ¡No tienes que sufrir con este problema! Comenzar el tratamiento y llegar a la raíz del problema conduce a una mejora en su capacidad para caminar, subir escaleras y correr. Además, su fisioterapeuta se asegurará de que tenga un plan sólido para prevenir recurrencias.
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