Las lesiones de pie y tobillo prevalecen en los deportes, especialmente en los que implican correr mucho o en los que se pueden producir traumatismos en las piernas, como el fútbol, el baloncesto, el hockey o el rugby. Si bien hay muchos tipos diferentes de lesiones en el pie y el tobillo que pueden ocurrir debido a la tensión o al contacto, estas son las más comunes en la medicina deportiva:
Esguince de tobillo
Un esguince de tobillo ocurre cuando el pie se tuerce demasiado hacia adentro o hacia afuera, dañando el ligamento. La mayoría de los esguinces causan solo una cantidad moderada de daño y dolor y pueden curarse mediante el método RICE: descanso, hielo, compresión y elevación.
Los esguinces de tobillo son comunes en los deportes en los que es necesario un giro rápido, como girar en una moneda de diez centavos para interceptar a un portador de la pelota en el fútbol. Fortalecer los músculos centrales y de las piernas y garantizar el uso de calzado de apoyo puede ayudar a prevenir esguinces. Si un atleta es propenso a tener “tobillos débiles”, también puede usar un aparato ortopédico para estabilizar los ligamentos.
Tendinitis de Aquiles
La tendinitis de Aquiles es una lesión acumulativa que ocurre debido al uso excesivo del tendón de Aquiles. El tendón se inflama y causa un dolor agudo en la parte posterior del pie. Esta condición ocurre gradualmente con el tiempo a medida que el tendón se desgasta después del uso continuado. La mayoría de las veces, la aparición del dolor ocurre cuando una rutina de ejercicios se vuelve aún más activa, como en varios campos de entrenamiento deportivo.
En muchos casos, las inyecciones de esteroides de cortisona ayudarán a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Se recomienda que el paciente disminuya su ejercicio y descanse el pie afectado siempre que sea posible. La fisioterapia a menudo también puede ser útil, ya que permite que el tendón se estire para que sea más elástico y resistente a las lesiones.
Fractura por estrés
Las fracturas por estrés, comunes en deportes con mucho movimiento repetitivo, como el baloncesto o el tenis, no son fracturas del hueso sino grietas causadas por impactos repetidos. El mal acondicionamiento y el equipo inadecuado pueden crear una situación en la que el pie o el tobillo no reciben el apoyo que necesitan y la fractura resultante solo agrava el problema con el dolor y la hinchazón del área afectada.
Los atletas deben tener cuidado de usar aparatos ortopédicos para los pies o los tobillos para ayudar a reducir el impacto en los huesos vulnerables. Reconocer el dolor y tomarse días para descansar el pie puede ayudar a prevenir la mayoría de las fracturas por estrés.
Cuando practicas deportes, es importante conocer los límites de tu cuerpo y respetarlos. Si experimenta dolor en el pie o el tobillo, informe a su médico y descanse el área afectada tanto como sea posible. Hacerlo debería ayudarlo a evitar algunas de las lesiones deportivas más comunes.
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